La demanda de litio se ha disparado a causa de la electromovilidad
Se encuentra entre los 15 minerales estratégicos o críticos para la transición energética
Rodolfo Pérez Ruiz
El libro Litio en América Latina. Demanda global contra daño socioambiental examina los efectos nocivos que la explotación del elemento químico ocasiona al medio ambiente, la economía y la sociedad, toda vez que la región acumula más de la mitad de las reservas disponibles del mundo. En la presentación del volumen de 271 páginas, la doctora Aleida Azamar Alonso, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y coordinadora de la obra, señaló que con el texto recapitula las preocupaciones sobre la crisis ambiental, social, política y económica que está ocurriendo en la actualidad. En el primer capítulo “rescatamos la inquietud de la transición energética por dejar de usar los combustibles fósiles”. La investigadora recordó que en la década de los setenta del siglo pasado, el presidente de Estados Unidos Jimmy Carter planteó a la Organización de las Naciones Unidas su perturbación por la transición energética, pero eso significaría cambiar todos los combustibles fósiles, lo cual era y es imposible para ese país o para los de Europa. El litio, indicó Azamar Alonso, se encuentra entre los 15 minerales estratégicos o críticos para la transición energética, que además se requiere del cobalto, el níquel, el cobre y otros. Si bien no produce energía, se usa en la fabricación de baterías a fin de almacenarla. En el plano global, existe una disputa principalmente entre Estados Unidos y China. El gigante asiático posee más minerales estratégicos como tierras raras, entre otros metales, pero no rebasa el 15 por ciento mundial, por lo que ha intentado apoderarse de las reservas en América Latina y México, lo cual explica la presencia de la empresa china Ganfeng en Sonora. “No tenemos la certeza de cuántas toneladas de litio hay en Sonora, pero nadie en el orbe ha podido extraerlo de la arcilla, por eso no sabemos qué vaya a suceder con ese metal en nuestro estado del norte de México, además sólo hay cinco empresas a nivel internacional con capacidad de extraerlo de la arcilla, y una de ellas es Ganfeng”. La especialista explicó que por cada tonelada de litio se emplean dos millones de litros de agua. En Chile se usan 600 litros de agua por segundo para su extracción, y sólo para comparar cada persona en la Ciudad de México consume 300 litros de agua diarios. Además, “la explotación del litio no está libre de tóxicos, derrames y accidentes”, expuso la doctora Azamar Alonso. El libro, coeditado por la UAM Xochimilco y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, es útil y oportuno al ofrecer un panorama sobre América Latina considerada como una de las regiones con más reservas de litio, comentó el doctor Luca Ferrari, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México e investigador nacional nivel III, en este apartado Chile es una de las naciones que más lo ha producido. En el acto celebrado en el auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General de la UAM, sostuvo que “el libro nos brinda el contexto de cómo se da la fiebre de este metal dentro de la transición energética y su explotación en Perú, Brasil, Bolivia y Chile, entre otros países”. Por mucho tiempo fue restringido su uso en la industria farmacéutica, el vidrio y la cerámica, pero hace 20 o 30 años se descubrieron las ventajas de las baterías con litio y se volvió un uso importante para todos los equipos como los celulares, computadores y otros equipos electrónicos, indicó el investigador. La demanda del metal se disparó hace cinco o seis años, el precio subió siete veces, “porque se ha impulsado la idea de la transición energética basado en la electromovilidad con los autos eléctricos, que ocupan 20 veces más litio que un teléfono celular”, concluyó. Para el doctor Bruno Fornillo, académico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina, la virtud del texto es ser el primero que proyecta una mirada latinoamericana sobre la explotación del litio, no es una casualidad que parta de México pues justamente las investigaciones previas se centraban en el triángulo del litio en Sudamérica, que se refiere al sur global latinoamericano. La segunda virtud es discutir sobre el metal en una coyuntura mexicana de debate público y nacional, viene a agregar información, debate y proyecciones de la realidad mexicana de hoy. Con los casos de América Latina que se abordan en el volumen le permitirán a México tomar con más claridad el rumbo sobre el tema, indicó Bruno Fornillo. Una tercera virtud es la información que se presenta sobre países que han sido poco visitados como Perú, Chile y Argentina es muy interesante. El investigador ubicó aspectos transversales que aparecen a lo largo del libro, pues integra la dimensión litífera a lo se considera como la transición energética, no se trata sólo del litio sino de una escala más amplia. También aborda el armazón jurídico político neoliberal preocupante porque garantiza cierto grado de apropiación privada de los recursos latinoamericanos para las corporaciones globales, donde las tenencias mineras son activos inmobiliarios financieros aun cuando no se concretado la producción se especula con esas tenencias y pasan al circuito de la especulación financiera global, reveló el historiador.
Rodolfo Pérez Ruiz
El libro Litio en América Latina. Demanda global contra daño socioambiental examina los efectos nocivos que la explotación del elemento químico ocasiona al medio ambiente, la economía y la sociedad, toda vez que la región acumula más de la mitad de las reservas disponibles del mundo.
En la presentación del volumen de 271 páginas, la doctora Aleida Azamar Alonso, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y coordinadora de la obra, señaló que con el texto recapitula las preocupaciones sobre la crisis ambiental, social, política y económica que está ocurriendo en la actualidad.
En el primer capítulo “rescatamos la inquietud de la transición energética por dejar de usar los combustibles fósiles”.
La investigadora recordó que en la década de los setenta del siglo pasado, el presidente de Estados Unidos Jimmy Carter planteó a la Organización de las Naciones Unidas su perturbación por la transición energética, pero eso significaría cambiar todos los combustibles fósiles, lo cual era y es imposible para ese país o para los de Europa.
El litio, indicó Azamar Alonso, se encuentra entre los 15 minerales estratégicos o críticos para la transición energética, que además se requiere del cobalto, el níquel, el cobre y otros. Si bien no produce energía, se usa en la fabricación de baterías a fin de almacenarla.
En el plano global, existe una disputa principalmente entre Estados Unidos y China. El gigante asiático posee más minerales estratégicos como tierras raras, entre otros metales, pero no rebasa el 15 por ciento mundial, por lo que ha intentado apoderarse de las reservas en América Latina y México, lo cual explica la presencia de la empresa china Ganfeng en Sonora.
“No tenemos la certeza de cuántas toneladas de litio hay en Sonora, pero nadie en el orbe ha podido extraerlo de la arcilla, por eso no sabemos qué vaya a suceder con ese metal en nuestro estado del norte de México, además sólo hay cinco empresas a nivel internacional con capacidad de extraerlo de la arcilla, y una de ellas es Ganfeng”.
La especialista explicó que por cada tonelada de litio se emplean dos millones de litros de agua. En Chile se usan 600 litros de agua por segundo para su extracción, y sólo para comparar cada persona en la Ciudad de México consume 300 litros de agua diarios.
Además, “la explotación del litio no está libre de tóxicos, derrames y accidentes”, expuso la doctora Azamar Alonso.
El libro, coeditado por la UAM Xochimilco y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, es útil y oportuno al ofrecer un panorama sobre América Latina considerada como una de las regiones con más reservas de litio, comentó el doctor Luca Ferrari, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México e investigador nacional nivel III, en este apartado Chile es una de las naciones que más lo ha producido.
En el acto celebrado en el auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General de la UAM, sostuvo que “el libro nos brinda el contexto de cómo se da la fiebre de este metal dentro de la transición energética y su explotación en Perú, Brasil, Bolivia y Chile, entre otros países”.
Por mucho tiempo fue restringido su uso en la industria farmacéutica, el vidrio y la cerámica, pero hace 20 o 30 años se descubrieron las ventajas de las baterías con litio y se volvió un uso importante para todos los equipos como los celulares, computadores y otros equipos electrónicos, indicó el investigador.
La demanda del metal se disparó hace cinco o seis años, el precio subió siete veces, “porque se ha impulsado la idea de la transición energética basado en la electromovilidad con los autos eléctricos, que ocupan 20 veces más litio que un teléfono celular”, concluyó.
Para el doctor Bruno Fornillo, académico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina, la virtud del texto es ser el primero que proyecta una mirada latinoamericana sobre la explotación del litio, no es una casualidad que parta de México pues justamente las investigaciones previas se centraban en el triángulo del litio en Sudamérica, que se refiere al sur global latinoamericano.
La segunda virtud es discutir sobre el metal en una coyuntura mexicana de debate público y nacional, viene a agregar información, debate y proyecciones de la realidad mexicana de hoy. Con los casos de América Latina que se abordan en el volumen le permitirán a México tomar con más claridad el rumbo sobre el tema, indicó Bruno Fornillo.
Una tercera virtud es la información que se presenta sobre países que han sido poco visitados como Perú, Chile y Argentina es muy interesante. El investigador ubicó aspectos transversales que aparecen a lo largo del libro, pues integra la dimensión litífera a lo se considera como la transición energética, no se trata sólo del litio sino de una escala más amplia.
También aborda el armazón jurídico político neoliberal preocupante porque garantiza cierto grado de apropiación privada de los recursos latinoamericanos para las corporaciones globales, donde las tenencias mineras son activos inmobiliarios financieros aun cuando no se concretado la producción se especula con esas tenencias y pasan al circuito de la especulación financiera global, reveló el historiador.