El descubrimiento del radio: 126 años de una revolución peligrosa y poderosa
El radiactivo elemento descubierto por los Curie cambió la ciencia y la medicina, pero también dejó graves consecuencias de salud.
El 26 de diciembre de 1898, los científicos Pierre y Marie Curie anunciaron el descubrimiento del radio, un elemento químico que rápidamente se destacó por su poder radiactivo. Este hallazgo, realizado durante su investigación sobre la uraninita, un mineral de uranio de Bohemia, abrió un nuevo capítulo en el estudio de la radiactividad, aunque sus efectos nocivos para la salud no se conocieron hasta más tarde.
El origen del descubrimiento
La radiactividad había sido identificada pocos años antes por el físico francés Antoine-Henri Becquerel, quien estudió el uranio. Sin embargo, fue Marie Curie quien, al investigar diversos minerales que contenían uranio, descubrió que algunos eran mucho más radiactivos que otros. Durante su investigación, los Curie aislaron el uranio de la uraninita y descubrieron que el material restante seguía emitiendo radiactividad. Este fenómeno les permitió identificar el radio, al que pronto asignaron el nombre debido a su brillante emisión.
Aplicaciones iniciales y consecuencias
Al principio, el radio fue utilizado de manera entusiasta en diversas áreas, desde la elaboración de pinturas luminiscentes para relojes y otros instrumentos hasta la medicina, con productos como el Radithor, una bebida de agua destilada con radio, que se promocionaba como una solución para todo tipo de enfermedades. El radio también se incorporó en productos como pastas dentales, chicles y cremas, todo lo cual se asociaba con modernidad y avances científicos.
Sin embargo, con el tiempo se descubrió que la exposición al radio causaba graves daños a la salud. Los trabajadores que manejaban pinturas luminiscentes comenzaron a desarrollar enfermedades como llagas, anemia y cáncer de huesos. Este descubrimiento trajo consigo la detención del uso generalizado del radio, especialmente en productos de consumo.
Impacto en la salud y la muerte prematura de Marie Curie
El mayor problema del radio radicaba en que el cuerpo lo asimilaba como si fuera calcio, y este se depositaba en los huesos. Una vez allí, la radiactividad del elemento degradaba la médula ósea, alterando las células y generando mutaciones. Este proceso contribuyó a la prematura muerte de Marie Curie en 1934, cuya exposición continua al radio durante años se ha señalado como la causa de su fallecimiento debido a leucemia.
Un legado científico y un recordatorio de la precaución
Aunque el descubrimiento del radio marcó un antes y un después en la ciencia y la medicina, también subrayó la importancia de la precaución al trabajar con materiales radiactivos. La historia del radio es un recordatorio de los avances científicos y las lecciones aprendidas sobre los riesgos que conllevan los descubrimientos revolucionarios. Hoy en día, el estudio del radio y otros elementos radiactivos continúa siendo un campo vital en la medicina, pero bajo estrictos controles para evitar sus efectos peligrosos.