México Enfrenta una Crisis Cardíaca: ¿Por Qué el Corazón de los Mexicanos Sufre?
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A pesar de los avances en salud a nivel mundial, las enfermedades cardíacas siguen siendo la principal causa de muerte en México, una realidad preocupante que ha permanecido durante las últimas dos décadas. En 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó la alarmante cifra de 97 mil 328 muertes a causa de enfermedades del corazón, un número que continúa en aumento, mientras en otros países se registran disminuciones.
Gabriela Borrayo Sánchez, secretaria general de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, señala que esta tendencia está estrechamente vinculada a hábitos de vida inadecuados, como una alimentación desequilibrada, marcada por el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, refrescos, azúcar, sal y alcohol. Estos factores, sumados al sedentarismo y la obesidad, contribuyen significativamente a la prevalencia de enfermedades como la cardiopatía isquémica, responsable de la mayoría de las muertes, seguida de los accidentes cerebrovasculares y las arritmias que pueden provocar muerte súbita.
El panorama se agrava cuando se toma en cuenta que la diabetes mellitus, otra de las principales causas de mortalidad en el país, también afecta directamente al corazón, favoreciendo la arterioesclerosis, un trastorno que endurece y estrecha las arterias. Por otro lado, el cáncer, a menudo tratado con quimioterapia y radioterapia, también contribuye al daño cardíaco y, en muchos casos, provoca afecciones neurotóxicas difíciles de superar.
Código Infarto: Un Protocolo Que Salva Vidas
Ante esta alarmante situación, Gabriela Borrayo Sánchez ha liderado una iniciativa crucial para la atención temprana de enfermedades cardíacas: «Código Infarto», un protocolo que se implementó en 537 unidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que ha salvado aproximadamente 10 mil vidas. Este programa permite atender de manera integral a pacientes con infarto agudo al miocardio, garantizando un tratamiento rápido que restaura el flujo sanguíneo en las primeras horas del evento.
La prevención, sin embargo, es clave. Borrayo Sánchez insiste en que los hábitos saludables deben comenzar desde la infancia, fomentando la actividad física y una dieta balanceada. De acuerdo con la experta, se recomienda realizar al menos 30 minutos de ejercicio cinco días a la semana y prestar atención a los factores de riesgo, como los niveles de estrés y el consumo de sustancias nocivas como el alcohol y el tabaco.
El «Código Cerebro», próximo a lanzarse, promete ser un paso importante en la lucha contra enfermedades cardiovasculares y otras afecciones cerebrales, proporcionando una respuesta rápida y eficaz ante emergencias. Sin duda, el futuro de la salud cardiovascular en México depende de una combinación de prevención, atención temprana y un cambio en los hábitos de vida de la población.