“No lo digo yo” AMLO pretende burlar al árbitro

Javier Macías García

Solidaridad con Norma Piña

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, bajo la presidencia de la ministra Norma Piña, hasta el momento, no se ha pronunciado ni a favor ni en contra de las reformas constitucionales que le interesan al presidente Andrés Manuel López Obrador. Por lo tanto, la campaña de odio y violencia en su contra, surge a partir de las expresiones del mandatario durante sus conferencias mañaneras.

Una de las acciones violentas en contra de la ministra se registró este sábado, durante la concentración convocada por López Obrador, para conmemorar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera. La decisión de un grupo de personas de quemar una imagen de la titular de la SCJN, dejó en segundo plano el evento en sí. Políticos de diversos partidos condenaron esa acción y manifestaron su apoyo a la ministra.

La misma Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador, difundió un mensaje en sus redes sociales, en el que, sin mencionar a la ministra, le manifestó su apoyo, ante la vejación a su persona e imagen. Manifestó su rechazo a la violencia y pidió no convertir la libertad en libertinaje.

Gutiérrez Müller escribió: “No convertir la libertad en libertinaje es clave para vivir y convivir en un país plural y democrático como el nuestro. Mi apoyo a todas las mujeres de la política (o circunstancialmente cerca de esta) ante la vejación a sus personas o imagen, o la de sus hijos. Lo he padecido tanto, ¿cómo no solidarizarme? Subamos el nivel. No violencia. Más amor urgentemente”.

Sin embargo, no hubo manifestaciones de apoyo a la ministra ni de condena a esta clara incitación a la violencia en contra de Norma Piña, por parte de otros funcionarios y militantes de Morena.

Es lamentable la normalización de la violencia, que se vive en el país. Quemar la imagen de la ministra, es sólo una de las muchas manifestaciones en su contra. Hace unos días, una mujer, con una metralleta de juguete, se manifestó frente a la puerta principal de la SCJN. Hace unas semanas, a través de redes sociales, alguien posteó la foto de la juzgadora, con la frase “el problema” y, al lado, otra imagen de una bala, con la inscripción: “la solución”.

La violencia es un asunto que compete a todos. Principalmente, a aquellos, como el presidente López Obrador, que tiene un espacio de comunicación, como sus conferencias mañaneras, en el que si bien no hace llamados a la violencia, si estigmatiza a periodistas, ministros, jueces, intelectuales, políticos de oposición y todos aquellos que no están de acuerdo con su proyecto de nación.

Es urgente que, desde Presidencia de la República, se implementen acciones concretas en contra de cualquier tipo de violencia, en particular en contra de las niñas y mujeres.

Intimidar a la SCJN

En el fondo, el discurso presidencial, en contra de la Suprema Corte, busca intimidar a los ministros para que rechacen las controversias constitucionales, promovidas por diversos partidos políticos, como las referentes al Plan B electoral, que tanto le interesa a López Obrador, a fin de incidir en los próximos procesos electorales, para que Morena continúe en el poder.

El mandatario puede moderar su discurso. Pero no puede controlar a militantes y simpatizantes que lo han tomado como un llamado a realizar acciones intimidatorias, como la quema de la imagen de la ministra o la difusión de fotografías de Norma Piña y una bala, con la inscripción “el problema y la solución”.

El discurso del presidente y las acciones de militantes y simpatizantes continuará, hasta que la SCJN analice las controversias constitucionales que le interesan a López Obrador. Se prevé que ambos se intensifiquen, en caso de que el Máximo Tribunal eche para abajo el Plan B electoral.

En contra sentido, quienes promueven las controversias constitucionales, han manifestado su confianza en las instituciones. Y, a diferencia de militantes y simpatizantes de Morena, han dejado flores frente a las puertas de la SCJN. Confían en que se reinstauren el orden constitucional y democrático y, por ende, la paz pública.

Las próximas semanas serán decisivas para la vida democrática del país. Pero, por lo pronto, con las concentraciones en el Zócalo, por parte de quienes apoyan al presidente López Obrador y de quienes promueven la defensa del INE, se puede prever que las próximas elecciones en Coahuila y Estado de México y las del 2024, serán escenarios de mucha participación ciudadana y, ojalá, en un clima de paz y civilidad democrática.