letras hispanoamericanas.
La «literatura de la onda», término acuñado por Margo Glantz con una connotación inicialmente despectiva, fue adoptado por los escritores de esta corriente, incluido José Agustín. Esta literatura se caracterizó por su lenguaje coloquial y su enfoque en temas urbanos, reflejando las vivencias de los jóvenes de la época. Las obras de este movimiento a menudo incorporaban referencias a bandas de rock como The Doors, The Rolling Stones, Bob Dylan y The Beatles, así como expresiones de sectores marginados de la sociedad.
José Agustín, nacido en Guadalajara, Jalisco, y criado en Acapulco y la Ciudad de México, se convirtió en un cronista de su tiempo a través de obras que exploraban excesos, música, drogas y la búsqueda de identidad. Sus novelas, como «De perfil», «Inventando que sueño», «Se está haciendo tarde (final en laguna)» y «La mirada en el centro», son consideradas emblemáticas dentro de este movimiento y reflejan el espíritu rebelde juvenil de los años sesenta en México.
Aparte de su contribución a la literatura, José Agustín también dejó una huella indeleble en el cine, escribiendo guiones para películas como «El apando» y «Ya sé quién eres/Te he estado observando». Su versatilidad creativa se extendió al teatro y a la dirección y conducción de programas de televisión, demostrando su multifacética influencia en la cultura mexicana.
El anuncio de su fallecimiento fue hecho por su hijo José Agustín Ramírez, quien lo describió como un «guerrerense de corazón, autodidacta empedernido, amante de la comida y los placeres». La partida de José Agustín marca el fin de una era en la literatura mexicana, dejando tras de sí un legado de obras que continuarán inspirando a generaciones futuras.
Entre los reconocimientos que recibió a lo largo de su carrera, destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Linguística y Literatura en 2011, así como las medallas al