La propuesta de reducir la jornada laboral a 40 horas despierta esperanzas y debates entre trabajadores y empresas
Ciudad de México, 17 de enero de 2024 – La propuesta de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en México, una reforma impulsada por la legisladora de Morena, Susana Prieto Terrazas, ha generado grandes expectativas entre la comunidad trabajadora del país. Sin embargo, esta modificación a la Ley Federal del Trabajo (LFT) no beneficiará de la misma manera a todos los empleados.
Esta iniciativa, que busca reformar el apartado A del artículo 123 de la Constitución Mexicana, plantea un cambio significativo en la rutina laboral de muchos mexicanos, especialmente aquellos que trabajan seis días a la semana con jornadas diarias de más de ocho horas. Sin embargo, aquellos con empleos de cinco o menos días a la semana y jornadas de ocho horas o menos no verían modificaciones en su horario laboral.
Los beneficios potenciales de esta reforma son múltiples. Se espera que la reducción de la jornada laboral mejore la calidad de vida de los trabajadores, aumente su productividad y reduzca la fatiga laboral, lo cual tendría un impacto directo en la disminución de los accidentes de trabajo y el absentismo. Además, esta medida podría tener un efecto positivo en la salud mental y física de los trabajadores, ya que jornadas más cortas han demostrado reducir el estrés, los problemas de sueño y la fatiga.
Sin embargo, esta reforma también plantea desafíos y posibles desventajas. Expertos advierten sobre los efectos negativos que podría tener en la productividad y la economía. A largo plazo, los salarios podrían ajustarse a la nueva jornada laboral, lo que podría repercutir negativamente en la calidad de vida de los trabajadores. Por tanto, se sugiere que las empresas desarrollen esquemas de trabajo más inteligentes, enfocándose en los resultados más que en la presencia física o el esfuerzo.
Varias empresas trasnacionales que operan en México se han mostrado a favor de la reforma, pero han solicitado considerar la gradualidad y flexibilidad de la norma para planificar adecuadamente su implementación. Una implementación gradual podría ser la clave para dar tiempo suficiente a las empresas de adaptarse a esta nueva realidad laboral.
La propuesta, que fue respaldada unánimemente por la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y está en proceso de discusión hasta marzo, podría marcar un hito en la legislación laboral mexicana. No obstante, el debate continúa abierto, ponderando entre los beneficios para la fuerza laboral y los posibles impactos en el entorno empresarial.