La misión Juice se enfrenta a un desafío sin precedentes en su viaje a Júpiter
La sonda de la Agencia Espacial Europea sobrevolará la Luna y la Tierra en maniobras críticas para ajustar su trayectoria hacia Venus.
La misión Juice, lanzada por la Agencia Espacial Europea (ESA) para explorar las lunas heladas de Júpiter, se prepara para un reto crucial que tendrá lugar entre el 19 y 20 de agosto. Durante este periodo, la sonda deberá pasar por el estrecho ‘pasillo’ entre la Luna y la Tierra, utilizando los campos de gravedad de ambos cuerpos para captar la energía necesaria que le permitirá dirigirse hacia Venus. Esta maniobra, que implica un complejo sistema de frenado y aceleración, nunca antes se ha intentado en el espacio, y su éxito es vital para el futuro de la misión.
La trayectoria de Juice ha sido ajustada meticulosamente durante 20 años de preparación por centros de investigación de todo el mundo, y ahora todo está listo para esta hazaña. El director de Operaciones de Juice, Ignacio Tanco, describió la maniobra como “pasar por un pasillo muy estrecho, muy, muy deprisa, y pisar el acelerador al máximo cuando el margen al borde de la carretera es de apenas milímetros”. El más mínimo error en esta fase podría desviar la nave de su ruta y poner fin a la misión.
Para asegurar que Juice mantenga su curso correcto, los científicos han desarrollado seis modos diferentes de corrección de trayectoria. Además, el sobrevuelo de la Luna proporcionará una oportunidad única para probar los diez instrumentos científicos a bordo de la sonda, recopilando y analizando datos de una superficie real en el espacio por primera vez.
Uno de los instrumentos clave, el Radar for Icy Moon Exploration (RIME), tendrá solo ocho minutos de observación durante el máximo acercamiento a la Luna. Estos datos serán fundamentales para ajustar su funcionamiento antes de llegar a Júpiter, donde se usará para estudiar las superficies y subsuelos de sus lunas heladas en busca de posibles reservas de agua.
Este sobrevuelo no solo es un paso crucial en el largo viaje de ocho años hacia Júpiter, sino que también representa una oportunidad sin precedentes para avanzar en la teledección y la exploración espacial. La misión Juice, con su precisión milimétrica y la innovación tecnológica que representa, continúa abriendo caminos en la exploración de los rincones más lejanos de nuestro sistema solar.