Puebla se viste de blanco: el espíritu del Karate Do Shitokai une a México y Japón en un seminario sin fronteras
Puebla, Pue. – Este fin de semana, Puebla fue el corazón palpitante del Karate Do Shitokai, reuniendo a jóvenes, expertos y auténticas leyendas de este arte marcial en un seminario que resonó más allá de sus fronteras. Con un evento donde disciplina, respeto y honor se sienten en el aire, Puebla acogió a maestros y jóvenes promesas que aprendieron de las leyendas vivientes de Japón, convirtiendo el evento en un espacio único para la formación y el aprendizaje.
Alejandro Armenta, gobernador electo, resaltó la importancia de esta disciplina en su vida personal y el valor que tiene como herramienta para la formación integral de jóvenes atletas. “Karate Do Shitokai es fuerza, es disciplina, es honor. Es un deporte que promueve la reflexión interna, el respeto a los demás y la defensa”, comentó Armenta, señalando con orgullo el potencial de Puebla como semillero de campeones y futuros líderes en el mundo del karate.
Este evento no solo reunió a jóvenes atletas y entusiastas locales, sino que contó con la presencia de Shihan Koichi Choda Watanabe, pionero del Shitokai en México, quien lleva más de cinco décadas formando campeones mundiales. “Hoy, Puebla se hermana con Japón a través de la disciplina, el respeto y el compromiso del Karate Do Shitokai”, expresó Armenta en un mensaje lleno de orgullo y respeto.
La presencia de figuras como Hanshi Koichi Choda, Shihan Jun Yamaguchi y Shihan Tomoya Arai fue un honor para los más de 120 participantes presenciales y más de 100 conectados remotamente desde diversas partes del mundo. Estos maestros compartieron técnicas, sabiduría y su filosofía de vida, creando un puente sólido entre México y Japón, donde el Karate Do Shitokai se convierte en el idioma común.
Para Puebla, este evento representa algo más que un seminario: es un hito cultural, un momento que deja huella en la juventud local y una oportunidad para aprender de la mano de los grandes maestros del mundo. La semilla del Shitokai crece firme en tierras poblanas, en donde ahora más que nunca, el espíritu del karate se vive y respira.