Los abrazos: un regalo cotidiano que transforma tu salud física y emocional

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Descubre cómo dar y recibir abrazos puede mejorar tu vida en más de un sentido.

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Dar y recibir abrazos no solo es una muestra de cariño o cercanía, sino una práctica con profundos beneficios para la salud física y emocional. Según Alicia Castillo y Manuel González Oscoy, académicos de la UNAM, cada persona debería dar o recibir entre cuatro y ocho abrazos al día para mejorar su bienestar.

Este simple gesto puede fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la memoria, reducir los niveles de estrés y aumentar el sentido de pertenencia a un grupo social. ¿El resultado? Menos riesgo de depresión y una mayor calidad de vida.

Alicia Castillo, especialista de la Facultad de Medicina, explica que el contacto físico es una necesidad inherente a todas las especies, particularmente en los extremos de la vida: bebés y adultos mayores. A medida que envejecemos, los abrazos se vuelven más indispensables, ya que estimulan la memoria, refuerzan los lazos sociales y evitan el aislamiento.

En el caso de los bebés, el contacto piel a piel puede marcar la diferencia en su desarrollo, como lo demuestra un caso documentado durante la Segunda Guerra Mundial, cuando un recién nacido sobrevivió gracias a los abrazos frecuentes de las personas encargadas de la limpieza en un hospital bombardeado.

Los efectos del abrazo en el cerebro y el cuerpo

Los abrazos no solo son un consuelo emocional; también tienen un impacto fisiológico directo. Según Castillo, reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que en exceso puede dañar las neuronas y dificultar la creación de nuevas. Por otro lado, Manuel González Oscoy, académico de la Facultad de Psicología, señala que esta práctica incrementa la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores que generan placer y bienestar.

Además, los abrazos estimulan el sistema límbico, regulan la presión arterial, fortalecen el sistema inmunológico y favorecen la producción de la hormona del rejuvenecimiento.

A partir de los beneficios comprobados del contacto físico, ha surgido la abrazoterapia, una práctica que recomienda dar entre cuatro y ocho abrazos al día para promover el equilibrio emocional y físico.

Sin embargo, tanto Castillo como González enfatizan que los abrazos deben ser consensuados para evitar efectos contrarios, como generar estrés o incomodidad en la otra persona. Además, el significado cultural de los abrazos varía, por lo que es importante tener en cuenta el contexto y la intención detrás de este gesto.

Un gesto sencillo con un impacto profundo

El poder de los abrazos radica en su capacidad de conectar a las personas a nivel emocional y físico. Más allá de ser una expresión de afecto, este acto tan humano puede convertirse en una herramienta para mejorar la salud, fortalecer relaciones y aumentar la felicidad diaria.

Así que la próxima vez que tengas la oportunidad de abrazar a alguien, recuerda: no solo estás ofreciendo un gesto de cariño, sino un regalo que puede transformar su día, e incluso su vida.

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